Cuando llegan los años

Quizá de niña pensaba que los años nunca pasarían. Incluso soñaba anteponiendo "cuando sea grande" para nombrar todas aquellas cosas que estaba segura de que llegarían en un determinado momento. Imaginaba que me convertiría en mamá, con la ilusión de tener unos hijos como los que tengo. Soñaba con un hombre con quien compartirlo todo, tal y como es la persona con quien comparto mi vida. Anhelaba viajar como desde niña recuerdo haberlo hecho, y por supuesto, en la medida posible seguiré haciendo.

Podría alargar la lista de todo lo que "cuando fuera grande" haría o seguiría realizando, pero no recuerdo ninguna alusión a "cuando llegue la primera cana", "cuando aparezca la primera arruga", "cuando empiece a envejecer...". Quizá, en el fondo, me daba un poco de miedo o pendiente pensar qué pasaría cuando estuviera viejita.

Escribo estas páginas con la esperanza de envejecer con dignidad. De ser esa persona que aporte y no incomode al ir viajando en el tiempo. Que agregue algo de provecho el tomar un espacio en nuestra maravillosa Tierra. Y, de alguna manera, tomemos la alternativa de acompañarnos, unos a otros, queridos amigos, en el camino que nos toque recorrer coincidiendo en estos momentos.